Estás son mis principales areas de actuación:
Tratamiento psicoterapéutico clínico
Analfabetismo emocional
Los adolescentes pueden considerarse analfabetos emocionales. Se les enseñan ciencias, pero nadie los prepara para lo que van a transitar psicológicamente a partir de sus cambios hormonales. Así como en ese período se modifica la voz y se producen cambios físicos, también lo hacen las conductas y emociones; sienten angustias profundas y un vacío q les provoca gran angustia, relacionado con la incidencia de las hormonas en el cerebro.
Para los jóvenes, cualquier situación que no puedan manejar se puede tornar en un problema sin solución, ven las cosas de manera abrumadora.
El adolescente tiene que dar respuesta a dos preguntas: qué va a hacer y qué va a ser.
Hoy tienen tantos problemas en la elección de la vocación porque no se conocen a sí mismos, no se conocen en el ser. Tenemos que tratar de comunicarnos con ellos y, si no podemos, debemos buscar algún referente a quien puedan escuchar. Si así y todo no resulta, hay que tomar una actitud paternal muy firme y llevarlo a un profesional.
Trastornos de conductas alimentarias
Duelos
El duelo es un proceso activo de transformación, donde la persona debe movilizar todos los recursos necesarios para lograr su curación.
La última etapa es encontrar el significado, el sentido de esa pérdida para seguir transitando la vida.
Siempre esa persona estará en nosotros, en nuestro corazón, pero el dolor debe ir desapareciendo.
El duelo, para quien lo vive personalmente y para quien trata de ofrecer ayuda, es un proceso que se vive en la humildad y en la imprevisibilidad que conlleva toda gestación sufrida.
Es, en todo caso, un viaje dentro de la vida, el destino que todo ser humano tendrá que afrontar tarde o temprano; un viaje que recuerda la vulnerabilidad de los apegos y lo inevitable de las separaciones. Todo apego lleva a la soledad: esta constatación puede angustiar y entristecer, pero no se puede eludir.
El desafío es el de penetrar en el paisaje de la aflicción, en el desierto del duelo, porque solamente recorriendo el camino nos acercamos a la tierra prometida, a los lugares de la esperanza. El riesgo es permanecer aislados en el desierto, convertirse en víctimas del propio dolor.
No hay tristeza más grande que la de quien ha perdido toda esperanza y no quiere acoger los signos de renovación esparcidos a lo largo del camino de la aflicción.
Y, por otra parte, no hay ejemplo más convincente de aquel que da lugar a la esperanza permitiendo que nueva vida nazca a la sombra de la muerte.
Por eso siempre hay que encontrarle un sentido a la pérdida sufrida.
«Hay una cosa que he descubierto después de la muerte de mis padres, y es que lo que llamamos sobrevivir en realidad es sub-sobrevivir, aquellos a quienes no hemos dejado de amar con lo mejor de nosotros mismos se convierte en una especie de bóveda palpitante, invisible pero presentida e incluso, rozada, bajo la cual avanzamos cada vez más encorvados, con más desapego de nosotros mismos, hacia el instante en que todo quedará sumido en el amor.»
Gabriel Marcel
Tanatología
Esta disciplina de ayuda profesional, al paciente en situación terminal y a sus familiares, facilita el duro camino e enfrentarse al final de la vida.
Este es el momento en que la persona se confronta consigo misma preguntándose si ha logrado cumplir con su misión en la vida.
Acompaño con el profundo respeto que esta situación requiere al paciente y a su entorno.