El que sufre encuentra en el que escucha una posada, dar al enfermo la posibilidad de hablar es concederle la posibilidad de reducir su angustia que a veces puede parecer que ahoga.
Hablar, entonces, supone un drenaje emotivo……
“Me he quitado un peso de encima”.
En muchas ocasiones el calor humano manifestado mediante la escucha es la única medicina que necesita el enfermo para curar o para morir en paz.
Ana Gomez