“Los hijos son los huéspedes más importantes, entran en nuestra casa, nos requieren de manera urgente, se quedan poco tiempo y luego se alejan para seguir su camino.”
Durante ese tiempo la relación personal tiene que ser intensa, íntima, de corazón a corazón.
Los hijos deben sentir la hospitalidad en su propia familia para luego repetirla en sus relaciones personales con el afuera.
El adolescente transita por una etapa vulnerable, siente que tiene que dar una doble respuesta: Como va a “ser ” y que va a “hacer ” en la vida. Se siente débil porque está empezando a transitar un nuevo camino que le provoca gran inseguridad.